El Estadio Oblatos, o Parque Oro como también se le conocía, fue mucho más que un simple recinto deportivo. Fue el corazón palpitante del fútbol tapatío durante varias décadas, un lugar donde nacieron leyendas y se forjaron pasiones. Ubicado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, este estadio albergó a equipos históricos como las Chivas Rayadas del Guadalajara y el Club Deportivo Oro, dejando una huella imborrable en la memoria de los aficionados.
Inaugurado en 1930, el Estadio Oblatos rápidamente se convirtió en el epicentro del fútbol en Guadalajara. Con una capacidad para 10,000 espectadores, sus gradas vibraron con la pasión de los aficionados que acudían a presenciar los encuentros de sus equipos favoritos. El Clásico Tapatío, disputado entre Chivas y Atlas, alcanzó niveles de intensidad nunca antes vistos en este escenario.
Abrió sus puertas el 20 de julio de 1930 con una doble cartelera: Guadalajara 5-2 Imperio y el juego estelar Oro 2-2 Colón. Fue conocido también como Parque Oro o Parque Oblatos siendo a partir de esa fecha y por 30 años el principal centro de fútbol en Guadalajara.
La "inauguración" oficial se dio el 31 de octubre de 1931 entre un combinado Guadalajara/Nacional y el Germanía FV de la Ciudad de México que terminó empatado a un gol.
Durante sus años de gloria, el Estadio Oblatos fue testigo de grandes hazañas y momentos inolvidables. La Selección Jalisco jugó en este campo participando en la Liga Mayor del Distrito Federal desde la temporada 1940-41 hasta la 1942-43.
Debido a un veto impuesto por la liga mayor, tuvo que esperar hasta la temporada 1944-45 para recibir sus primeros partidos de la era profesional. Durante la temporada 1943-44 Chivas y Atlas debieron jugar en el Parque del Paradero del club rojinegro.
Desde 1944 hasta 1960 fue la casa de los 3 equipos tapatíos, siendo testigo de la coronación del Atlas en la liga 1950-51 y de las Chivas en 1956-57, 1958-59 y 1959-60.
El jueves 23 de mayo de 1946 se jugó el primer partido nocturno (Oro 3-2 Atlas).
El estadio llegó a tener capacidad para 24,000 espectadores.
El 5 de mayo de 1953 se le llamó oficialmente Parque Felipe Martínez Sandoval en honor al gran directivo del Club Oro.
Sin embargo, el paso del tiempo y el crecimiento de la ciudad hicieron necesario construir un estadio más grande y moderno. A principios de la década de 1960, se inauguró el Estadio Jalisco, que rápidamente se convirtió en el nuevo hogar de las Chivas y otros equipos tapatíos.
Con la mudanza al Estadio Jalisco, el Estadio Oblatos comenzó un lento declive. El recinto fue abandonado y poco a poco se fue deteriorando, hasta convertirse en un pálido reflejo de su pasado glorioso.
El parque Martínez Sandoval quedó relegado a segundo plano quedando solo como sede del Club Nacional que por aquel entonces jugaba en el torneo de Segunda División, incluso el club Oro donó el inmueble al equipo verdiblanco
A pesar de su desaparición física, el Estadio Oblatos sigue vivo en el corazón de los aficionados tapatíos. Sus gradas vacías son un recordatorio de una época dorada del fútbol mexicano, cuando la pasión por el deporte se vivía de una manera más intensa y auténtica.
El Estadio Oblatos fue un símbolo de identidad, un lugar donde se forjaron amistades y lleno recuerdos inolvidables. Su legado perdurará por siempre en la historia del fútbol mexicano.
El Estadio Oblatos fue un símbolo de identidad, un lugar donde se forjaron amistades y lleno recuerdos inolvidables. Su legado perdurará por siempre en la historia del fútbol mexicano.