Hablar de los campeonatos del Club Deportivo Guadalajara entre 1926 y 1931 es evocar una época de gloria y resistencia en el fútbol amateur mexicano. Estos años no solo consolidaron la leyenda del equipo más querido de Jalisco, sino que también regalaron a la afición rojiblanca historias de superación, rivalidades y momentos inolvidables que siguen vivos en la memoria colectiva. Ser chiva es, desde entonces, un motivo de orgullo y una herencia que pasa de generación en generación, como esas viejas camisetas que aún huelen a polvo y victoria.
El Fútbol Amateur y la Liga de Occidente
En la época amateur, el fútbol jalisciense era el corazón deportivo de México. El Club Deportivo Guadalajara, junto a equipos como Atlas, Nacional, Oro y Colón, protagonizaba domingos de pasión en los campos de Unión y Bosque, donde la gente de todos los barrios se reunía para alentar a su equipo. Entre 1906 y 1943, las Chivas se convirtieron en el club más exitoso de la liga, sumando 13 títulos en total y forjando rivalidades que aún hoy encienden el alma tapatía.
1926-1927: Un Título que se Escapó en la Última Jornada
El campeonato de 1925-26 dejó al Guadalajara a solo dos puntos del título, con Nacional como campeón y las Chivas como subcampeones. Pero fue en la temporada 1926-27 cuando el fútbol tapatío vivió uno de sus momentos más intensos. La liga se dividió en dos bandos por desacuerdos internos: Atlas, Guadalajara y Oro por un lado; Nacional, Marte, Alianza y Latino por el otro.
El torneo oficial arrancó con grandes expectativas. La ceremonia inaugural, con los equipos desfilando entre aplausos y las dianas de la banda, fue un espectáculo que aún recuerdan los más viejos del lugar. El Guadalajara, con figuras como Fausto Prieto en la portería y Anastasio Prieto en la delantera, peleó hasta el final. Sin embargo, el Nacional, con una plantilla sólida y un invicto casi perfecto, se llevó el campeonato. Las Chivas terminaron segundas, pero la afición nunca dejó de apoyar en cada partido.
1927-1928: El Octavo Título y la Alegría del Pueblo
La temporada 1927-28 marcó el regreso de las Chivas a la cima. El torneo arrancó con una contundente victoria 3-0 sobre Atlas, dejando claro que el Guadalajara iba por todo. A lo largo de la campaña, el equipo rojiblanco derrotó a rivales como Colón, Reforma, Latino, Marte, Alianza y Oriente, manteniendo el invicto y mostrando un fútbol de garra y corazón.
El partido clave fue ante Nacional, donde Guadalajara logró un empate 1-1 que mantuvo vivas sus aspiraciones. En los últimos encuentros, la presión era máxima: si Atlas vencía a las Chivas, el título podía irse a manos del Nacional. Pero el Rebaño no falló y, con una victoria en la última fecha, aseguró el campeonato. La colonia Reforma y los barrios populares celebraron en grande, mientras los mariachis entonaban canciones dedicadas al equipo campeón.
Subcampeón: Nacional de Guadalajara.
1928-1929: El Noveno Título y la Fiesta en las Calles
La temporada 1928-29 fue una de las más emocionantes de la época amateur. El Guadalajara, con una plantilla renovada y el apoyo incondicional de su gente, enfrentó una liga reñida donde Nacional, Atlas y Colón también peleaban por la punta.
El torneo tuvo momentos de alta tensión, como el empate en puntos entre Guadalajara y Nacional en la recta final. Para definir al campeón, se organizó una serie de tres partidos de desempate. El primero, jugado el 29 de junio de 1930, fue una exhibición de fútbol ofensivo: las Chivas vencieron 4-1 al Nacional. Ocho días después, el Guadalajara selló el título con un contundente 4-0, con goles de Anastasio Prieto, Juan Navarro, el “Chato” Aceves y el “Sanchito” Herrera.
La entrega del trofeo fue una fiesta: banderas rojiblancas ondeando, niños corriendo entre los jugadores y el grito unánime de “¡Arriba las Chivas!” retumbando en el campo Guadalajara.
Subcampeón: Nacional de Guadalajara.
1929-1930: Rivalidad y Desempate Épico
La temporada 1929-30 fue otro capítulo vibrante en la historia del Rebaño Sagrado. El torneo fue tan parejo que, una vez más, Guadalajara y Nacional terminaron igualados en puntos. La serie de desempate volvió a enfrentar a los dos gigantes tapatíos y, como en la campaña anterior, las Chivas se impusieron con autoridad.
En el primer partido, Guadalajara ganó 4-1, y en el segundo, 4-0, coronándose bicampeón y reafirmando su dominio en la Liga de Occidente. Las anécdotas de estos encuentros hablan de un equipo que nunca bajó los brazos, de una afición que llenaba las gradas y de una ciudad que se pintaba de rojo y blanco cada domingo.
Subcampeón: Nacional de Guadalajara.
1930-1931: El Nacional Recupera la Corona
En la temporada 1930-31, el Nacional logró recuperar el título, pero el Guadalajara se mantuvo como protagonista, peleando hasta el último partido. La rivalidad entre ambos equipos alcanzó su punto más alto, con partidos reñidos y tribunas repletas de pasión. Aunque las Chivas no lograron el campeonato ese año, su espíritu de lucha y su conexión con la gente siguieron intactos.
Anécdotas y Legado de una Época Dorada
En estos años, las historias se multiplican: partidos bajo la lluvia, goles que se gritaban hasta en los mercados, mariachis que componían canciones para el equipo, y familias enteras que hacían del fútbol una tradición. Ser chiva se volvió un símbolo de identidad y resistencia, una forma de decirle al mundo que el orgullo tapatío nunca se rinde.
La época amateur dejó una huella imborrable en la historia del Club Deportivo Guadalajara. Cada título fue celebrado como una victoria del pueblo, y cada derrota, como una lección de humildad y coraje. Hoy, cuando miramos hacia atrás, entendemos por qué ser parte del Rebaño Sagrado es ser parte de una gran familia, de una historia que se sigue escribiendo con cada grito de gol y cada lágrima de emoción.