El Club Deportivo Occidente es uno de esos equipos que participaron en la época amateur en la liga de Jalisco.
Origen e inicios
A principios del siglo XX, la Zona Metropolitana de Guadalajara era como un semillero de jugadores de fútbol. Muchos inmigrantes europeos llegaban a trabajar y vivir en las fábricas textiles de la zona, como El Batán, La Experiencia y Atemajac.
Resulta que esta última, Atemajac, fue indirectamente la creadora del Club Occidente. En 1918, un grupo de obreros del antiguo puente de Atemajac entre los que destaca Jesús Ledesma, Alejandro Miramontes, José Robles, Mateo Castillo, Regino Salas, Orencio Meza, Arnulfo Meza, Octavio Rivera, Miguel Arroyo, Adolfo Venegas y Fernando Bañuelos fundaron lo que hoy conocemos como Club Occidente, bajo el nombre de Osiris.
Finalmente, en 1921 y tras algunas sedes anteriores, se establecieron en su ubicación actual, sobre la avenida Fidel Velázquez, casi esquina con Federalismo. Cambiaron su nombre a Club Deportivo Occidente y establecieron los colores negro y amarillo como parte de su identidad.
En 1924, el Occidente se unió a la Federación Deportiva de Aficionados y fue asignado a la tercera división de la Liga de Jalisco, enfrentándose a clubes como Guadalajara, Iturbide, Normandía, Águila, Colón, Lusitania, Central, Excélsior entre otros.
El nombre del equipo cambió a Club Occidente en el año de 1928, este nombre fue dado por el señor Eduardo Martínez, teniendo como encargados del equipo a los dueños de la factoría de hilados "Compañía Industrial de Guadalajara".
Tras ascender a la categoría Intermedia B, el Club Occidente logró un hito al asegurar su primer campeonato en la década de 1940. Este logro marcó el inicio de su continuo ascenso en la Intermedia A, alcanzando finalmente la Primera Fuerza en 1943.
Fuerte rivalidad
El Club Occidente mantuvo una intensa rivalidad con el reconocido Club Imperio del barrio de La Experiencia. Estos dos equipos protagonizaron emocionantes encuentros que fueron conocidos como el "Clásico de los Hilanderos", en referencia a las actividades de las fábricas que dieron origen a ambos clubes. Estos clásicos cautivaron a toda la ciudad, llenando siempre los estadios con una atmósfera realmente apasionante.
A pesar de no haber competido en niveles profesionales, el Occidente dejó un legado significativo al convertirse en un semillero prolífico de jugadores. Estos talentosos futbolistas no solo defendieron los colores de clubes en Jalisco, sino que también brillaron en diversos equipos mexicanos e incluso en el extranjero, consolidando así la reputación y el impacto duradero de esta institución en el mundo del fútbol.
En la actualidad el club ha dejado de existir pero sembró una semilla de pasión por el fútbol en la liga de occidente.